Que una amiga
fotógrafa se plante delante de tu cámara para hacerle un retrato, es algo que
no pasa todos los días. El trabajo de Ana Jiménez no sigue ningún canon, su
mente y su objetivo siempre tienden a romper las reglas establecidas.
En todo momento, su
imaginación hiperactiva y atemporal, está ideando y generando nuevos proyectos. Estoy seguro de que si
Ana no se dedicara a la fotografía, sería una estrella incomprendida del rock
and roll más underground. Antes de empezar sus conciertos, rompería las guitarras y destrozaría el escenario, todo
ello por alguna buena causa. Rock and roll actitud!!!
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